Muchas cosas están cambiando a nuestro alrededor y a veces nos vemos rebasados por las circunstancias, sin embargo, parece ser que la misma historia, la realidad y la sociedad nos impiden quedarnos quietos y pasivos y nos obligan a realizar los cambios...
Al principio puede parecer imposible cambiar la realidad, pero realmente terminamos por descubrir que la transformación más determinante de todas es la que cada uno llevamos a cabo en nosotros mismos.
Esta es una invitación a ampliar nuestros horizontes, a salir de nuestras zonas de confort y a trabajar por cambiar creencias y hábitos que nos mantienen en lugares, con personas y en circunstancias que nos detienen, nos encadenan y nos hacen creer que no podemos abandonar las cargas inútiles.
También es cierto que a veces lo que nos aterra es "dejar de ser quienes somos y lo que hemos defendido toda la vida"... por lo que resulta sorprendente que no nos demos cuenta de que el dolor, el malestar, el sufrimiento vienen, precisamente de no ser nosotros, de ser "los otros" o "para otros".
Y no quiero decir que seamos egoístas y sólo pensemos en nuestro bienestar, sino en que dejemos de complacer a todos con tal de ser aceptados y valorados y empecemos a reconocernos y querernos tal cual somos, con nuestra luz y nuestra sombra y sin miedo a ser honestos con nosotros mismos.
Una apuesta abierta a crear, con cada acto, nuestro destino... ese que tanto anhelamos y que está ahi, al alcance de nuestras decisiones diarias.
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